DECISIONES:
Llegar a una decisión es fundamental para emprender una acción. El punto en que una persona se obliga a seguir un curso de acción, señala el grado de certeza a que llegó en su selección. Muchas veces no se podrá retroceder después de haber tomado una decisión. La persona que puede estudiar una situación, leer los hechos y decidir sin vacilaciones, se considera como segura de sí misma. Esta seguridad crea confianza en los demás. Por el contrario, quien siempre vacila, que duda y se arrepiente, provoca dudas en los demás respecto a su capacidad y sensatez.
CONVICCIONES:
En un mundo en que se espera que la gente piense por sí misma, los más respetados son aquellos cuyas convicciones sean sensatas y firmes, que se defienden con entereza. Si alguien posee opiniones claras y bien concebidas, entonces sabes lo que piensa y su vida tiene orientación, significado y propósito. Pero cuando la persona no tiene convicciones o cuando las que tiene no son firmes, se le ve débil, inseguro, incierto, ansioso o indiferente a todo aspecto de importancia.
ENTUSIASMO DINÁMICO:
La gente sana y sensata posee la capacidad de utilizar su ilimitada energía de una manera positiva, constructiva. Al hacerlo, contagian a los otros con su entusiasmo, haciendo que digan ¡puedo! con un espíritu de optimismo y progreso. Cuando no hay entusiasmo, la vida es aburrida y la conversación fastidiosa y opaca. También se presentan el pesimismo y la desesperanza, que a su vez, producen un espíritu traducible a la expresión “¿Para qué intentarlo?”.
CONFLICTO:
En una sociedad donde la gente mantiene diferentes puntos de vista y los expresa con toda libertad, el conflicto y la discordia parecen inevitables. Sin embargo, los resultados de un conflicto pueden ser destructores o creativos y constructivos; todo depende de cómo se enfoque y resuelva. Una persona que entre en conflicto con otra y lo resuelva a través de entendimiento mutuo, sin perjuicio de uno u otro, merece todo respeto y admiración. La incapacidad para enfrentarse al conflicto con un espíritu constructivo y creativo, conduce al menosprecio y a menudo a una creciente hostilidad y antagonismo. Aquel firma vínculos amistosos; éste los corta.
TEMPERAMENTO:
El temperamento es una reacción emocional a la tensión. Su pérdida quiere decir que se han abandonado los caminos de la razón y que se han seguido los de la violencia y otras emociones negativas. Dicha pérdida tiene un efecto contagioso. Su capacidad destructora se extiende como el fuego; pero cuando el individuo mantiene firme su cabeza y la mano, los demás confían en él pues saben que se mantiene razonable y, en consecuencia, respetan su liderazgo. Sin embargo, cuando el individuo no se deja involucrar en los acontecimientos y crisis para no excitarse, la gente desconfía de él. Se le juzga como incapaz de entender la importancia del problema surgido.
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